lunes, 24 de septiembre de 2012

Cómo hacer una manicuría básica

Este primer post quiero dedicarlo a algo fundamental: cómo hacerse una manicuría básica. Obviamente, esta es sólo mi manera de hacerlo, a la cual llegué tras haber probado otras y haber buscado más información sobre el tema (incluso más de la que me gustaría admitir). Iba a subir fotos de los elementos que suelo usar y los distintos pasos, pero ciertos problemas técnicos con la cámara me lo impidieron. De todas maneras, habría tantas consideraciones sobre cada uno de los puntos que merecería cada uno su propio post, por lo que por ahora intentaré no extenderme demasiado...


Antes que nada...
...una obviedad, pero es conveniente elegir un buen lugar para pintar, cómodo, con buena luz, y que si se mancha no sea el fin del mundo. También es recomendable preparar todo lo que se va a usar antes de empezar. Y algo muy importante: ir al baño antes. En serio.

Dar forma
Básicamente, hay cinco formas que se les puede dar a las uñas: ovalada, cuadrada, en punta, semi-cuadrada y redonda. Personalmente prefiero las semi-cuadradas, son prácticas, fáciles de mantener bastante resistentes y no me da la impresión que me fuera a sacar un ojo con una uña, como sí me pasa con las puntudas. También hay cosas locas como estas uñas dientudas, pero no me parecen ni muy estéticas ni muy recomendables...

Un buen consejo para limar las uñas es hacerlo antes de sacarse el esmalte (y si es de un color oscuro, mejor), ya que así puede verse mejor la forma que se les está dando sin la interferencia de la forma de la parte blanca natural de las uñas, que puede no ser tan prolija y simétrica como sería deseable (para más información, un muy buen post sobre cómo dar forma a las uñas lo tiene Lacquerized, acá - en inglés, con fotos).


Cómo limar las uñas, cómo dar forma a las uñas, cómo hacer una manicuría básica


También hay que tener un cuenta qué metodo se va a usar para cortarlas. Alicates y tijeritas son poco recomendables salvo que se quiera bajar mucho el largo, ya que no permiten un corte muy preciso y la presión que ejercen sobre las uñas puede debilitarlas.

Por otro lado, actualmente existe una gran variedad de limas: hay de metal, de cartón, de cristal... Mientras que las limas de metal pueden dañar las uñas y las de cartón suelen gastarse rápidamente, las limas de cristal son las menos dañinas para las uñas y tienen una vida útil muy larga, por lo que vale la pena invertir en una aunque sean un poco más caras. También hay limas tipo block, con diferentes funciones en cada lado: dar forma, suavizar, pulir y dar brillo. Son bastante prácticas, salvo porque inevitablemente un lado se gasta antes que el resto, con lo cual de todas maneras conviene tener alguna otra lima. Además, el pulido de las uñas no es recomendable hacerlo muy seguido, porque puede ir debilitando las uñas.

Otro tema es el gramaje de la lima: cuanto más alto, más suave será el limado (un tema quizás no muy divertido, acá hay más información para quien le interese).

Independientemente del tipo de lima que se use, hay que tener en cuenta que es muy poco recomendable limar las uñas mojadas, ya que es cuando están más débiles y por lo tanto podrían romperse con mayor facilidad.
Además, conviene limar siempre en una sola dirección (de las puntas de las uñas hacia el centro) y no en un movimiento tipo serrucho, ya que esto puede astillarlas.

Cuidado de las cutículas

Antes que nada, hay que decir que las cutículas están ahí para algo: proteger las uñas de posibles infecciones, por lo que es muy desaconsejable cortarlas. Lo ideal es mantenerlas hidratadas usando frecuentemente crema para manos y algún aceite para cutículas (el aceite de oliva también funciona) y masajear suavemente. Además, después de la aplicación empujarlas con cuidado hacia atrás con un palito de naranjo o similar, o simplemente con las uñas.

Si las cutículas están muy rebeldes y nada de esto es suficiente, se puede cada tanto usar un removedor de cutículas, como el Sally Hansen Instant Cuticle Remover: se aplica sobre las cutículas, se deja actuar unos instantes antes de empujarlas hacia atrás y se lavan muy bien las manos.

Esmaltado

Antes de empezar a pintar, la superficie de la uña debe estar limpia y seca, para asegurar una mejor adherencia del esmalte. Si no lo está, simplemente pasar un algodón o hisopo con quitaesmalte para sacar cualquier resto que pueda haber.

Siempre es conveniente antes de pintar usar una base coat, que sirve para alisar la superficie de las uñas, protegerlas de posibles manchas que pueda causar el esmalte y hacer que dure más. Además, hay de diferentes tipos según cada necesidad: de secado rápido, fortalecedoras y demás.

Una vez seca la base, se puede empezar con el esmalte propiamente dicho. Personalmente, prefiero el método de las tres pinceladas (acá hay dibujitos, en otro excelente post de Lacquerized). Por último, me gusta pintar también el borde de la uña, pienso que queda más prolijo y hace que el esmalte dure más. Para ello, acercar el pincel cuando casi no le quede esmalte perpendicular al borde de la uña y hacer movimientos de un lado a otro (¿no se entendió nada? No importa, acá hay una explicación con fotos de The Polished Perfectionist). Aplicar capas finas y esperar a que se sequen antes de aplicar otra, de lo contrario pueden formarse burbujas, que se texture o demás cosas desagradables. Otro dato: no conviene agitar el frasco de esmalte, ya que se pueden formar burbujas. Con hacerlo rodar un poco alcanza.

Finalmente, un top coat sellará todas las capas de esmalte juntas y hará que dure más. También hay de diversos tipos: de secado rápido, extra brillo, extra duración, etc.

Retoques finales

Obviamente, cuanta más práctica y paciencia se tenga más prolijas quedarán, pero aun así se puede haber terminado con esmalte en algún lugar indeseable. Para solucionarlo, se puede pasar con cuidado un hisopo humedecido con quitaesmalte, o la punta de un palito de naranjo envuelta en algodón. También se venden marcadores quitaesmaltes para hacer esto mismo, que suelen venir con puntas extras para reemplazarlas a medida que se gasten.

Una alternativa que da un poco más de precisión, pero puede llevar algo más de tiempo, es usar un pincel chato (nada muy estrafalario, ya que el quitaesmaltes lo va a ir arruinando) con quitaesmalte y pasar con cuidado por donde haya quedado esmalte, limpiando el pincel a medida que se vaya ensuciando (como siempre, Lacquerized tiene un post sobre el tema, acá).

Bueno, eso es básicamente todo (sí, eso fue no extenderme demasiado). Espero haya servido de algo, son bienvenidos comentarios, preguntas y sugerencias!

4 comentarios:

  1. Hola!
    Muy completo, había varias cosas que no sabía. Había leído en no me acuerdo qué blog (una referencia muy exacta) que con un pincel gastado y quitaesmalte se puede sacar el esmalte que queda pegado a la cutícula.
    besos,

    diana.

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    1. Hola Diana, gracias por tu comentario! Jaja, sí, muy exacta la referencia, pero una buena idea, la verdad no se me había ocurrido...

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  2. te hice caso y me lei todo de punta a punta y ya lo estoy poniendo en práctica, con dibujitos y todo!!! de suma utilidad :) besoooooooos

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    1. Jaja, no puedo creer que hayas leido este post, ya había quedado en el olvido, gracias! Pero me re alegra que te haya servido, me costó escribirlo, lo leía y lo leía...

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